TRATAMIENTOS

Los efectos biológicos del ozono confieren unas propiedades terapéuticas y biológicas que posibilitan la aplicación de la Ozonoterapia en un amplio campo de especialidades tales como el de la mejora medioambiental a través de la potabilización de aguas, en la Medicina, ha adquirido relevancia debido a su eficacia en enfermedades asociadas al déficit de las defensas antioxidantes.

PIE DIABÉTICO

Esta enfermedad se define como una infección, ulceración y destrucción de los tejidos profundos que se acompañan de alteraciones neurológicas y distintos grados de enfermedad vascular periférica donde se afectan principalmente las arteriolas y arterias pequeñas de los miembros pélvicos y que afecta como su nombre lo dice a paciente con diabetes mellitus, la infección bacteriana que la acompaña es predominantemente por anaerobios. La ulcera puede ser seca y/o húmeda, aunque igualmente de graves las dos formas de presentarse, la evolución de esta está dada por el control que se tenga de la enfermedad factores intrínsecos y ambientes asociados al paciente.

Se dice que el pie diabético tiene una base etiopatogenica neuropática pues la sensibilidad, los estímulos neuro- sensitivos y del dolor son los primeros que se alteran y consecuentemente dan inicio a la enfermedad. Es ahí donde se justifica el uso de la ozonoterapia.

SINDROME FACETARIO

Actualmente se estima que el 80% de la población sufre dolor vertebral lumbociatico agudo alguna vez en su vida. En las clínicas del dolor que existen en el mundo el dolor vertebral es el motivo más frecuente de consulta y estadísticamente la mayoría coinciden en frecuencia e incidencia sobre la población. Dentro de las etiologías de dicha clase de dolor el síndrome facetario ocupa un lugar importante, el cual fue aceptado como una de las causas más frecuentes de dolor lumbociatico desde 1976, año en que se comprobó que era causante de lumbago, gracias a los trabajos de investigación clínica de Mooney , en los cuales demostró sin lugar a dudas su existencia.

ANATOMIA Y BIOMECANICA DEL SINDROME FACETARIO

Para explicar el Síndrome Facetario, primero explicaremos en una forma general lo que es la unidad biomecánica de la columna. Se define esta como “el segmento móvil” de la unión de dos vértebras en su parte anterior por el disco intervertebral y en su parte posterior por las dos articulaciones facetarias. Dichos elementos se han unidos y estabilizados mediante articulaciones, cápsulas, y ligamentos común anterior y posterior. Esta unidad consta de tres columnas: una anterior que tiene funciones de carga y amortiguador, una media hueca que sirve de protección y una posterior que es de movimiento. Desde fuera, los músculos y aponeurosis son tirantes que además de mover los segmentos, proporcionan estabilidad junto con los ligamentos. Los músculos abdominales, con su aponeurosis tensan el contenido abdominal y del tórax dando lugar a una cámara hidroaerea. Así pues, al contener la respiración y tensar el abdomen aumenta la resistencia de la columna. Una falla en tales estructuras óseas articulares, musculares, ligamentosas, congénitas o adquiridas ocasionan “inestabilidad de columna”.

El síndrome facetario se puede definir en forma muy general como dolor o disfunción proveniente principalmente de las articulaciones facetarías (o articulaciones interapofisiarias) y tejidos blandos adyecentes. La principal función de las articulaciones facetarías lumbares es proporcionar a las vértebras resistencia a fuerzas rotacionales y de deslizamiento anterior y de proteger al disco de éstas. Pero también tiene un papel de soporte de la carga de peso del cuerpo. Normalmente, pueden soportar aproximadamente un 16% del total de la carga axial que soporta la columna en cada segmento vertebral, el restante lo soporta el disco intervertebral. Pero debido a su reducida superficie de área, pues son articulaciones relativamente pequeñas, la carga que soportan está muy concentrada y equivale a 10 veces la carga por cm2, que soportan las rodillas. La carga vertical que soportan las articulaciones facetarías aumenta cuando la zona lumbar se coloca en extensión, y puede llegar a aumentar hasta en un 70% del total del segmento en casos en los que hay disminución de la altura del disco por desgaste del disco lumbar. El aumento de la carga sobre las articulaciones facetarías está considerado como un componente muy importante en el síndrome facetario y se puede medir radiográficamente. Por eso se deben de evitar posturas que aumenten la lordosis lumbar como por ejemplo el uso de tacones muy altos. Pero también la postura por tiempos prolongados con el tronco en flexión (por ejemplo sentado inclinado por delante) puede irritar las articulaciones facetarías y producir dolor. Así pues el síndrome facetario tiene un componente postural. Otra causa es la traumática, generalmente con la columna lumbar en hiperextensión, que impacta bruscamente las ariculaciones facetarías. Las raíces anteriores y posteriores forman un tronco común con el ganglio sensitivo que se aloja y atraviesa el agujero de conjunción dando origen en este sitio a tres ramas: a).-el ramo anterior sensitivo recurrente, denominado ganglio de Luschka que se introduce nuevamente en le raquis y es el responsable de la inervación del ligamento vertebral común posterior, la vaina de las raíces, las capas periféricas de los anillos fibrosos del disco, cara anterior de la duramadre, etc. b).-la rama posterior es sensitiva, se dirige hacia atrás y se divide en tres ramas: “la medial que inerva las articulaciones facetarías, la central que es muscular y la lateral que es cutánea. La rama media mixta es la más gruesa y se anastomosa con otras ramas formando los plexos nerviosos cervical, crural y ciático. La artrosis facetaria se produce por el “normal” desgaste del cartílago de la articulación faceteria. En la juventud ese cartílago es espeso y amortigua la carga que soporta la articulación, pero va perdiendo grosor a medida que transcurren los años. A partir de los 25-30 años es normal que la radiografía muestre signos de artrosis facetaria, esto hace que haya estimulación de las raíces posteriores sensitivas y consecuentemente lumbalgia, teniendo ésta en la mayoría de casos origen facetario.

En las fases iniciales la artrosis facetaria no provoca dolor ni otros síntomas. De hecho como ya explicamos los nervios el dolor no están en el cartílago sino el hueso subyacente, por lo que hace falta que el desgaste de la articulación sea suficientemente intenso como para llegar a ese nivel y empiece a aparecer el dolor y es cuando se diagnostica el síndrome facetario. Si la degeneración es muy importante, el cartílago ya no amortigua la carga de la articulación y el hueso puede deformarse, y formar lo que se llama estenosis espinal y comprimir alguna estructura nerviosa.

Una vez que el síndrome facetario se hace sintomático es común encontrar:

1.-Dolor lumbar, dolor en glúteo y cadera, rigidez lumbar, especialmente en la mañana o después de una inactividad prolongada.

2.-Dolor difuso referido a la pierna de la cara posterior, simulando una ciática, pero sin déficits neurológicos como hormigueo o pérdida de reflejos musculares.

3.- Aumento de dolor con hiperextensión lumbar.

Es muy probable que hasta un 80% de pacientes con dolor lumbar crónico tengan parte de sus síntomas provenientes de las articulaciones facetarías. En ocasiones los síntomas pueden ocurrir de repente después de un movimiento trivial del tronco lumbar, normalmente en rotación y/o flexión como agacharse a recoger algo del suelo. Ejemplo de ello el llamado síndrome de la faceta bloqueada (Acute locked facet síndrome), donde se produce una perdida repentina de la movilidad muy marcada y descrita por el paciente como “quedar enganchado o atascado”, con un dolor muy intenso, incapacitante para cualquier movimiento, ya que las articulaciones facetarías son extremadamente sensibles. Aunque nos estamos refiriendo a la zona lumbar, también se puede aplicar de manera general a la zona dorsal y cervical. En muchos casos la tortícolis cervical su origen está en una de las facetas cervicales y no del músculo, aunque haya espasmo muscular secundario. Contracturas intensas localizadas entre los omoplatos son frecuentes debido a una faceta dorsal inflamada con espasmo muscular asociado.

En resumen, podemos concluir que el síndrome facetario no es más que una manifestación de diversos problemas musculo esqueléticos poco diagnosticado y que le corresponde al médico averiguar cuáles son las causas específicas de cada caso mediante examen exhaustivo incluyendo estudios radiológicos para realizar el tratamiento. Se debe de tratar las causas del problema y no solo los síntomas que ésta produce, ya que como en la mayoría de los problemas de columna, estos tienden a empeorar con el tiempo y son mas complicados de tratar. La ozonoterapia es una alternativa para el tratamiento del síndrome facetario agudo y crónico. En los casos agudos es un excelente y efectivo analgésico. Se aplica infiltraciones paravertebrales con técnica ya descrita y se puede combinar con el analgésico de su preferencia. La mejoría será casi de inmediato.